ESTIMULACION PSICOMOTRIZ

La estimulación psicomotriz del niño debe ir acompañada de lo afectivo, ya que el niño que no tiene problemas especiales, no requiere más estímulos que los que recibe de forma normal. Es decir, al responder a las demandas y tratarlo con el afecto que necesita, ya se está logrando una estimulación psicomotriz adecuada.







A partir del nacimiento e incluso antes, el niño se encarga de provocar respuestas de parte del ambiente que lo rodea. Un ejemplo es cuando mira a sus padres y genera como respuesta otra mirada hacia él.

Sucede que las respuestas que genera el bebé son interpretaciones que los padres hacen en relación a lo que piensan que es la demanda del niño.

La estimulación psicomotriz del niño normal no requiere más que:
Cantarle

Hablarle

Abrazarlo

Tocarlo

Moverlo desde arriba hacia abajo

Jugar con él

Reír con él
Estas actividades no sólo estimulan lo psicomotor sino que tienen un gran valor afectivo y de comunicación con el niño.

Para saber qué actividad conviene más en un momento que en otro para realizar con el niño, lo mejor es dejarse llevar por los sentimientos, observar la conducta y las respuestas del bebé.

Obviamente que la estimulación psicomotriz tiene que acompañar el desarrollo del niño a medida que va madurando. Es decir, el ambiente (su familia), puede estimular el desarrollo del niño pero habrá limitaciones biológicas, que tienen que tener sus potencialidades desarrolladas. Por ejemplo, en relación al desarrollo cerebral.






Cuando hay una carencia de estímulos afectivos, físicos y sensoriales así como ambientales, se pueden producir retrasos en el desarrollo del niño. Cuando esto sucede se tienen que implementar programas de intensa estimulación sensorial y motora.

Es decir, cuando se notan síntomas de retraso en el desarrollo se debería llevar al niño a un centro especializado de salud, para completar el diagnóstico y comenzar con un programa de estimulación para el desarrollo del niño.

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lunes, 9 de agosto de 2010

ESTIMULACION PSICOMOTRIZ

La estimulación psicomotriz del niño debe ir acompañada de lo afectivo, ya que el niño que no tiene problemas especiales, no requiere más estímulos que los que recibe de forma normal. Es decir, al responder a las demandas y tratarlo con el afecto que necesita, ya se está logrando una estimulación psicomotriz adecuada.







A partir del nacimiento e incluso antes, el niño se encarga de provocar respuestas de parte del ambiente que lo rodea. Un ejemplo es cuando mira a sus padres y genera como respuesta otra mirada hacia él.

Sucede que las respuestas que genera el bebé son interpretaciones que los padres hacen en relación a lo que piensan que es la demanda del niño.

La estimulación psicomotriz del niño normal no requiere más que:
Cantarle

Hablarle

Abrazarlo

Tocarlo

Moverlo desde arriba hacia abajo

Jugar con él

Reír con él
Estas actividades no sólo estimulan lo psicomotor sino que tienen un gran valor afectivo y de comunicación con el niño.

Para saber qué actividad conviene más en un momento que en otro para realizar con el niño, lo mejor es dejarse llevar por los sentimientos, observar la conducta y las respuestas del bebé.

Obviamente que la estimulación psicomotriz tiene que acompañar el desarrollo del niño a medida que va madurando. Es decir, el ambiente (su familia), puede estimular el desarrollo del niño pero habrá limitaciones biológicas, que tienen que tener sus potencialidades desarrolladas. Por ejemplo, en relación al desarrollo cerebral.






Cuando hay una carencia de estímulos afectivos, físicos y sensoriales así como ambientales, se pueden producir retrasos en el desarrollo del niño. Cuando esto sucede se tienen que implementar programas de intensa estimulación sensorial y motora.

Es decir, cuando se notan síntomas de retraso en el desarrollo se debería llevar al niño a un centro especializado de salud, para completar el diagnóstico y comenzar con un programa de estimulación para el desarrollo del niño.

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